martes, 11 de diciembre de 2012

¿Qué es pilates?


                                                                                               
En poco más de 10 años, la popularidad del Pilates ha conseguido posicionarlo al mismo nivel que otros métodos de entrenamiento tan ancestrales como el Yoga o tan reconocidos como las escuelas de gimnasia tradicional. Esta rápida popularización comenzó con distintas celebrities atribuyendo su buen estado físico a la práctica de Pilates. Hoy se ha consolidado en su mayor parte gracias a la idea generalizada de asociar la técnica a un determinado status social, a una concepción de la figura de la mujer o el hombre modernos que podríamos enmarcar dentro de lo que se puede llamar el “efecto Font Vella”.

  

Aunque el Pilates ha demostrado sus efectos físicos a nivel estético, reducirlo a ese único objetivo supone limitar una técnica que se concibió como un gran instrumento de rehabilitación para patologías y disfunciones del sistema musculoesquelético. Cuesta imaginar a Joseph H. Pilates preocupado por la apariencia de los enfermos que trataba en el campo de concentración en el que fue recluido mientras utilizaba los muelles de las literas para improvisar máquinas de rehabilitación que más tarde se convertirían en la base de su “Contrología” y de su método.


                                                                                             


La gran diferencia entre el Pilates y otras formas de entrenamiento que podemos encontrar en cualquier gimnasio es su respeto al cuerpo humano a la hora de ejercitarlo. No se busca realizar un movimiento de forma cerrada y repetida hasta agotar y potenciar un músculo, sino realizar patrones de movilidad cíclicos en los que participa el conjunto corporal buscando un equilibrio entre respiración, músculos, reclutamiento, mente, equilibrio y posición.

El Pilates es una técnica que requiere paciencia  y conciencia corporal. Normalmente las primeras clases se emplean en instruir a los alumnos sobre cómo moverse. Esto provoca que algunos opten por otras formas de entrenamiento en las que desde el principio acaba uno agotado y con la sensación de sentirse más fuerte. En ésta técnica sin embargo no se consiguen mejores resultados por llegar más lejos al estirar una pierna o por hacer más repeticiones. Cada ejercicio es efectivo cuando conseguimos realizar el movimiento utilizando ciertos músculos para movilizar y otros para estabilizar, junto a una respiración que nos lo facilite y a una postura correcta, sin realizar compensaciones y respetando dentro de lo posible la alineación de segmentos corporales ideales para cada postura.

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